Mientras que las promotoras aumentan sus exigencias, los fabricantes invertimos en I+D con el objetivo de ofrecer nuevas soluciones. Esto lo hacemos en primer lugar a través de programas de innovación que giran en torno al análisis de ciclo de vida de los edificios para evaluar su huella de carbono total, desde la que corresponde a las materias incorporadas, hasta su uso y su demolición.